Uno de los oficios más peligrosos para ejercer en México, (además de precario) es el periodismo. Un estudio realizado por la Campaña Emblema de Prensa (PEC), reveló que en 2021 México y Afganistán fueron los países con mayor número de periodistas asesinados, en el cual señala que en nuestro país murieron 10 periodistas y en el país arabe fueron 12.
Sin embargo, si tomamos en cuenta los últimos 5 años, México ocupa el deshonroso primer lugar con 66 periodistas asesinados durante este periodo, mientras Afganistán cuenta con 43 y la India con 40. En promedio en México se asesina aproximadamente a una persona periodista por mes y lamentablemente el arranque de este 2022 manda una alerta para los comunicadores, porque tan solo en el primer mes del año ya se contabilizaron cuatro asesinatos de periodistas.
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“El retrato de México tiene cara de periodista asesinado”.
Carmen Aristegui, 2017, durante un pronunciamiento por la muerte del periodista Javier Valdez.
El acceso a la información ha sido una herramienta que ha ayudado al periodismo a investigar y exhibir las corruptelas de la clase política, sin embargo, esto apenas es una pequeña parte de la labor periodística y de investigación. Hay casos memorables que han sido respaldados y/o sustentados por investigaciones realizadas con solicitudes de información a dependencias públicas como La Casa Blanca y La Estafa Maestra a nivel nacional, así como A toda Máquina, a nivel local.
A pesar de que existen grandes avances en el acceso a la información -Como permitir realizar solicitudes de información de manera anónima, permitiendo resguardar la identidad de la persona solicitante-, esto aún no garantiza el ejercicio libre del periodismo y por ende el garantizar el ejercicio libre de esta profesión.
A pesar de que el Estado estaría obligado a garantizar la integridad de todas y cada una de las personas periodistas en México, al ser en su mayoría de las veces los miembros de éste los exhibidos, la voluntad de garantizarles seguridad es apenas testimonial, por ello, es necesario seguir implementando más acciones y herramientas que les ayuden a realizar de manera independiente su trabajo, sin estar a expensas del actuar del Estado.
También es necesario fortalecer los órganos garantes y brindarles la mayor autonomía posible para que puedan salvaguardar el derecho constitucional plasmado en el artículo 6° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el cual busca garantizar el libre acceso a la información.
Es urgente que los periodistas puedan desempeñar su trabajo de manera segura, es urgente que los casos de los delitos contra la libertad de expresión no queden impunes, es urgente que no vuelva a existir ningún periodista asesinado, como en este 2022 ya nos quitó a:
Lourdes Maldonado José Luis Gamboa
Margarito Martínez Roberto Toledo
“No se mata la verdad, matando periodistas”.
*En memoria homenaje a los y las periodistas que han sido asesinados por hacer su trabajo.
Columna de Memo Jiménez @MemoJmzD
